Lisboa siempre ha sido una ciudad que atrae a turistas adinerados de todo el mundo, ya que es el centro económico de Portugal.
Por eso, ya sea sólo por negocios o por placer, una forma estupenda de llegar es alquilando un jet privado, una opción exclusiva que permite parámetros muy importantes como la comodidad, la velocidad y la flexibilidad.
Con un vuelo chárter a Lisboa, podrás explorar a fondo el vasto patrimonio cultural y turístico de la capital portuguesa: fortalezas, majestuosos monasterios aún hoy perfectamente intactos, imponentes palacios reales y estrechas callejuelas son sólo algunas de las peculiaridades de la ciudad frente al Atlántico.
Su gran puerto, además, consta de nada menos que cuatro puntos de amarre para yates, embarcaciones que los turistas adinerados pueden utilizar para visitar la ciudad desde una perspectiva totalmente original.
Y no sólo eso, sino que toda la zona que rodea Lisboa ofrece muchas oportunidades para entregarse a un poco de relax: basta pensar en los balnearios, puertos deportivos y lugares de naturaleza virgen que ofrecen a los pasajeros de vuelos chárter la posibilidad de pasar días enteros al aire libre o en la playa.
Contratar un jet privado a Lisboa, por tanto, es sin duda una elección acertada para llegar a la capital portuguesa en poco tiempo y contar con asistencia personalizada para satisfacer las necesidades de cada turista.
¡Desvelaremos más información útil al respecto en los párrafos siguientes!
Antecedentes históricos y geográficos de Lisboa
Lisboa se encuentra en el estuario del río Tajo y está situada en la parte más occidental de la Península Ibérica, una posición estratégica que, como veremos dentro de un momento, le ha permitido desempeñar un papel crucial a lo largo de los siglos.
Una peculiaridad de la capital portuguesa es que, en cierto modo, está conectada metafóricamente tanto con Roma como con San Francisco: al igual que la Ciudad Eterna, se alza sobre 7 colinas bordeadas por el curso del río Tajo, cuyas orillas están conectadas por 2 grandes puentes colgantes muy similares a los que se construyeron para unir la bahía de San Francisco.
Los primeros vestigios de Lisboa se remontan a los fenicios, población que fundó el asentamiento original antes de que cayera bajo la hegemonía de los griegos, los cartagineses y, más tarde, los romanos.
El reinado de Alfonso III ayudó a poner en marcha la expansión marítima de Lisboa, que se convirtió en uno de los puertos más importantes del mundo a partir del siglo XV; de hecho, las rutas comerciales más famosas empezaron a pasar por la capital portuguesa, generando una economía local que sostuvo la ciudad durante siglos.
A día de hoy, Lisboa sigue expandiéndose demográficamente, manteniendo un papel destacado en la aglomeración de mercancías y turistas que pretenden cruzar el océano Atlántico que se extiende ante sus costas.
Qué ver y hacer en Lisboa
Castillo de Sao Jorge
La mejor forma de disfrutar de una vista panorámica de toda la capital portuguesa es subir a la colina donde se encuentra el Castillo de San Jorge, monumento emblemático de Lisboa.
Es una fortaleza protegida por una muralla en la que también hay una ciudadela que durante siglos se mantuvo autosuficiente y desempeñó un papel importante en la defensa de la ciudad frente a los ataques invasores.
El castillo fue colonizado por romanos, visigodos y árabes, poblaciones que utilizaron la fortaleza como cuartel para guarniciones militares; en los últimos años, una renovación ha mejorado la zona interior, dotándola de zonas verdes y espacios funcionales dedicados a los turistas.
Una vez terminada la visita al Castillo, los turistas VIP pueden ir a la Antigua Farmacia, el exclusivo bar de vinos y ristopub de la ciudad, donde pueden beber un excelente vino o tomar un aperitivo mientras picotean algo, todo ello en un ambiente moderno y chic.
El barrio de Baixa
El corazón palpitante de la ciudad es sin duda la Baixa, barrio céntrico destruido casi por completo por el terremoto de finales del siglo XVIII.
La reconstrucción de la que fue protagonista supuso la renovación de los edificios históricos del distrito en estilo neoclásico.
También llama la atención el riguroso orden matemático utilizado por el primer ministro del rey José I para diseñar y plasmar en la realidad la Baixa, todavía hoy compuesta por una intrincada red de calles y callejuelas de enorme elegancia y refinamiento.
Desde el puerto de Lisboa, no lejos de la Baixa, los turistas adinerados pueden hacer cruceros privados de varias horas a bordo de catamaranes VIP para visitar los lugares más bellos de la capital, todo ello mientras se deleitan con el buen vino portugués y hacen algunas paradas para ir al baño.
Barrio Alto
Además de la Baixa, también merece la pena mencionar el Bairro Alto, el antiguo barrio de las familias más ricas de Lisboa.
Aquí se alzaban las villas de las familias aristocráticas de la capital, así como multitud de restaurantes, tiendas de antigüedades y boutiques donde la élite de la ciudad podía comprar artículos de lujo.
Hoy, el Bairro Alto es una zona caracterizada por una arquitectura desarticulada que la hace única: gracias a su particular forma ortogonal, las calles tienen una marcada pendiente que las asemeja mucho a los bulevares de San Francisco.
En el corazón del distrito se encuentra la Galería Immersivus, una galería de arte que formó parte del pabellón de la Expo de Lisboa 1998 y que ofrece a los turistas VIP exposiciones de arte inspiradas en corrientes artísticas tanto vanguardistas como históricas: destacan las exposiciones impresionistas y renacentistas, combinadas también con actividades paralelas como sesiones de yoga inmersivo basadas en proyecciones de imágenes y videoclips en 360°.
Los alojamientos más lujosos de Lisboa
La mezcla perfecta de elegancia y lujo, con toques de historia, la consigue el Olissippo Lapa Palace, un lujoso hotel ubicado en una villa que data del siglo XIX.
Las elegantes habitaciones que ofrece, así como varias terrazas panorámicas y un restaurante gourmet reservado sólo para huéspedes, lo convierten en un hotel de 5 estrellas ideal para quienes decidan viajar en jet privado a Lisboa.
También merece la pena mencionar el Tivoli Avenida Liberdade, situado en el corazón de la ciudad y que cuenta con el Sky Bar y el Pool Bar, donde los huéspedes pueden relajarse mientras toman una copa y se dan un refrescante chapuzón en la piscina infinita de su terraza.
Restaurantes gourmet de Lisboa
La escena culinaria de Lisboa ofrece una mezcla de sabores tradicionales con influencias internacionales contemporáneas.
Uno de los restaurantes con estrella de la ciudad es Belcanto, dirigido por el chef Avillez, galardonado con una estrella Michelin, que, en un entorno chic y elegante, sirve platos locales con un toque moderno.
También hay que mencionar Ramiro, una legendaria marisquería fundada por el chef portugués del mismo nombre, que basa su cocina en servir platos gourmet elaborados con algunos de los mejores ingredientes de marisco y pescado del mundo.
Clima y mejor momento para visitar Lisboa
El clima mediterráneo de Lisboa, caracterizado por inviernos bastante suaves pero muy lluviosos y veranos más bien calurosos, permite a los turistas alquilar un jet privado en cualquier época del año.
En primavera, las temperaturas son suaves y agradables, aunque las horas vespertinas pueden seguir siendo algo frescas; en cualquier caso, es una época ideal para realizar actividades al aire libre y hacer turismo sin demasiada confusión.
El verano en Lisboa es muy caluroso y seco, con temperaturas que a menudo superan los 35°C. Los días son largos y los lugares de interés turístico están muy concurridos, lo que demuestra lo animada que se vuelve la ciudad sobre todo en julio y agosto.
El tiempo vuelve a ser suave en otoño, las temperaturas bajan lentamente y la lluvia empieza a mojar las calles de Lisboa con más frecuencia.
Por último, el invierno es un periodo bastante suave, ya que las temperaturas rara vez descienden por debajo de 10°C.
Por tanto, la mejor época para visitar la capital portuguesa es sin duda el final de la primavera o las primeras semanas del otoño, cuando el clima es agradable y la afluencia de turistas es más bien escasa.
Cómo y por qué volar a Lisboa en avión privado
Alquilar un jet privado a Lisboa es una solución excelente, ya que el aeropuerto Humberto Delgado (código OACI LPPT), que sirve a la ciudad, ofrece a los turistas adinerados una serie de servicios ideales para acceder rápida y cómodamente al centro.
La terminal aérea se inauguró durante la Segunda Guerra Mundial, pero no fue hasta la posguerra cuando el número de viajeros que pasaban por ella creció rápidamente, hasta el récord registrado en 2016 y aún hoy imbatido de unos 22 millones de pasajeros.
Los que llegan en avión privado a Lisboa disfrutan de un servicio de primera clase, con acceso a salas VIP y al Centro de Negocios dedicado a los viajeros de vuelos chárter, así como la posibilidad de utilizar salas de conferencias previa reserva y conexión WiFi gratuita.
Y no sólo eso, hay nada menos que cuatro salones dedicados a los pasajeros que fletan un jet privado, cada uno con grandes espacios abiertos perfectos para disfrutar de intimidad y relajación, además de los muchos extras que hay, como estaciones de PC, duchas, cabinas privadas, catering y ventanas acristaladas que ofrecen vistas panorámicas.
Además, la terminal de aviación general también tiene una zona comercial muy amplia donde los turistas pueden encontrar todo tipo de tiendas.
El aeropuerto está a unos 6 km del centro de la ciudad, una distancia que se puede recorrer en poco tiempo gracias a los diversos servicios de alquiler de coches con o sin conductor disponibles en la terminal dedicada a los vuelos chárter.
Las 2 pistas presentes permiten que cualquier tipo de avión despegue y llegue a Lisboa, realizando tanto viajes cortos como largos con la máxima comodidad y flexibilidad.
Los costes de volar en avión privado a Lisboa
Lisboa está conectada con varios aeropuertos internacionales, como el londinense de Biggin Hill, desde el que se puede volar con un Light Jet por un coste total de unos 14.000 euros, con un Medium Jet por unos 25.000 euros y con un Large Jet por unos 36.000 euros; el vuelo dura unas 2 horas y 50 minutos sin paradas para repostar.
Aparte de Londres, también es posible salir desde París con distintos tipos de reactores privados a precios muy similares: el coste de utilizar un reactor ligero es de unos 13.000 euros, que se elevan a unos 24.000 euros con un reactor mediano y a 34.000 euros con un reactor grande.
Por término medio, el vuelo dura unas 2 horas y 40 minutos, dada la distancia de 1500 km.
Mirando más hacia el este, otra capital europea vinculada a Lisboa es Atenas, desde donde se puede partir con un Light Jet por un coste total de unos 22.000 euros, incluida una parada para repostar, lo que no ocurre con un Medium Jet, que implica un gasto de unos 40.000 euros, ni con un Large Jet, avión que puede alquilarse por unos 55.000 euros.
La duración media del vuelo es de unas cuatro horas, ya que los kilómetros entre Lisboa y Atenas son 2.800.
Por último, también es posible partir con un jet privado desde la isla griega de Mykonos: hacerlo con un Light Jet implica un coste de unos 23.000 euros, que se eleva a 42.000 euros con un Medium Jet y roza los 57.000 euros con un Large Jet.
La duración del vuelo se estima en unas 4 horas y 15 minutos en total, uno de los trayectos más largos dada la distancia, que supera el umbral de los 3.000 km.
Los mejores aviones para volar en privado a Lisboa
Un avión ideal para cubrir distancias cortas es el Beechcraft 400A, un reactor ligero que incorpora siete plazas y alcanza una velocidad de crucero de 449 kts (unos 770 km/h).
La distancia máxima que puede recorrer es de 1.200 mn (unos 2.200 km), mientras que la cabina interior es muy espaciosa y capaz de hacer el vuelo confortable.
Entre los mejores Medium Jets está el Hawker 800XP, un avión con nada menos que ocho plazas y capaz de alcanzar una velocidad máxima de 450 kts (unos 800 km/h); su autonomía es de unas 2500 mn (más de 3500 km), lo que lo convierte en una muy buena opción si necesitas cubrir una distancia bastante grande.
Por último, entre los Grandes Jets, hay que mencionar el Dassault Falcon 900, con sus nada menos que 13 plazas y su capacidad para alcanzar una velocidad de 450 kts (más de 800 km/h).
El confort en este avión está garantizado por la cabina interior de 1,90 m de altura y 2,30 m de anchura, un espacio que hace que los pasajeros se sientan cómodos y puedan admirar las hermosas vistas desde su ventanilla.
Los vuelos más frecuentes desde y hacia Lisboa
A continuación se indican las conexiones más frecuentes con Lisboa: